Este pasado martes se inauguró, en la sede de la Demarcación de Albacete del Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla-La Mancha (COACM) la exposición «Panteones: arquitectura para el recuerdo».
Esta muestra la ha organizado la propia demarcación de Albacete del COACM, en colaboración con el Archivo Municipal del Ayuntamiento de Albacete y es una de las propuestas correspondientes a la celebración del Día Mundial de la Arquitectura (2 de octubre) que se extiende a lo largo del otoño en todas las provincias de Castilla-La Mancha. «Panteones: arquitectura para el recuerdo» está comisariada por el arquitecto albaceteño Antonio Peña y por la archivera municipal del Ayuntamiento de Albacete, Almudena Blaya.
La exposición muestra los panteones más interesantes que se encuentran en el Cementerio de Albacete y que fueron proyectados y edificados por los mismos arquitectos que configuraron la ciudad entre los años finales del siglo XIX y el primer cuarto del siglo XX.
Muchos de los grandes arquitectos que construyeron los edificios más emblemáticos de la calle Ancha, en Albacete, también erigieron, en el Cementerio de Albacete, y por encargo de la pujante burguesía local, monumentos funerarios para poder rezar, y para estar en contacto permanente, con sus seres queridos.
Así, Ramón Casas, arquitecto del antiguo Casino Primitivo o de la Casa de la Maternidad; Julio Carrilero, y su socio, Manuel Muñoz, responsables del diseño y la construcción, entre otros edificios emblemáticos, de la Plaza de Toros de Albacete, del Colegio Notarial, o del Depósito del Sol; Buenaventura Ferrando Castells, arquitecto de la Casa de Archillas o del Pasaje de Lodares; Daniel Rubio, arquitecto de la Casa del Hortelano, del Templete de la Feria o del Gran Hotel, obras todas ellas conocidas y reconocidas, también son autores de panteones funerarios encargados por los mismos clientes.
La exposición consta de tres partes: 14 paneles que documentan con dibujos originales y fotos actuales los panteones elegidos; un video que incluye fotografías de los edificios urbanos más importantes que proyectaron los arquitectos autores de los panteones; y dos catálogos de monumentos funerarios, cedidos para la muestra por el arquitecto e investigador Pedro Parada, quien ha participado activamente en la organización de la exposición. «Estos catálogos incluyen modelos de panteones y, en general, modelos funerarios. Fueron editados a principios del siglo XX, en Barcelona y en Milán, y fueron uno de los referentes utilizados por los arquitectos para la construcción de los panteones», explica Peña.
En palabras del comisario de la exposición, «hay elementos comunes entre las edificaciones y en los panteones, una impronta reconocible en ambos». Y, si la arquitectura albaceteña de finales del XIX y principios del XX es ecléctica e historicista, en los panteones funerarios, esta característica se acentúa. «Cuando recibieron todos estos encargos, los arquitectos hicieron un despliegue de imaginación, empleando para su construcción recursos que no habían utilizado en los edificios», añade el comisario de la exposición.
Paneles, fotos y catálogos aportan una magnífica panorámica de la arquitectura de la época, incluyendo estos panteones, que son pequeñas joyas arquitectónicas, pero también escultóricas.
Según Antonio Peña, el objetivo de la exposición es doble. Por un lado, se trata de mostrar un aspecto del trabajo del arquitecto, como es el de proyectar panteones, bien diferente a la habitual proyección de edificios o calles. «En los edificios, la labor del arquitecto es funcional, práctica, responde a un programa de necesidades concreto. Un panteón tiene, fundamentalmente, un carácter simbólico o representativo. Poner en valor este tipo de construcciones subraya la capacidad que también tenemos los arquitectos de aportar un valor representativo y simbólico a lo que proyectamos», señala Peña.
El otro gran objetivo de la muestra es el de descubrir un patrimonio oculto, escondido en el cementerio, que forma parte de la memoria de la ciudad, y que, por lo tanto, es testigo de una época. «El periodo que abarca la exposición describe un paisaje cultural muy característico, impulsado por la pujante burguesía de Albacete a comienzos del siglo XX. De hecho, en muchas ciudades estos panteones se están incluyendo en catálogos de bienes protegidos, algo que podría también tenerse en cuenta en el futuro en la ciudad de Albacete», termina el comisario.
La exposición podrá ser visitada desde el 31 de octubre hasta el 24 de noviembre en la sede de la demarcación de Albacete del COACM (Martínez de Villena, 7, 02001 ALBACETE). De lunes a viernes (de 10 a 14 horas) y los martes también por la tarde (de 17 a 20 horas).
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